En esta página trataremos la técnica que se emplea cuando utilizamos lápices y lápices de color en nuestras composiciones artísticas. Veremos las cualidades, los puntos fuertes y débiles de esta extendida técnica y podremos ver ejemplos de ello.

Puedes saber más sobre los proyectos en los que se usará esta técnica visitando las secciones de contenido sobre Expresión Artística de cada uno de los niveles educativos. También en las páginas dedicadas a los proyectos Horario y Mi Arte.

Lápices. Escala de durezas

Los lápices pueden encontrarse en diferentes durezas. Esto significa que, según el grado que tengan dentro de la escala, obtenemos diferentes resultados al utilizarlos.

Se clasifican en dos grandes grupos: duros y blandos. Los lápices duros se definen por la letra H (inicial del nombre en inglés: Hard) y los blandos por la letra B (inicial del nombre en inglés: Black). En el centro de la escala se sitúa el HB (En.: Half Black). Además, dependiendo de la graduación, puede ir precedido de un número; cuanto mayor es el número más duro o blando es el lápiz.

Generalmente, los lápices duros se utilizan en Dibujo Técnico mientras los blandos tienen mayor utilidad en las ramas artísticas.

Soporte. El Papel

El papel con sus diferentes gramajes es el soporte más empleado para este material. Aunque no lo veamos a simple vista, tiene grosor y relieve. A las zonas del relieve más salientes se les suele denominar diente del papel.

Debemos entender este soporte como un elemento sensible. Al igual que la piel, tiene una capacidad y un límite. Mientras el papel se mantiene en buenas condiciones, podemos trabajar sobre él añadiendo trazos y mancha. Cuando el papel alcanza su límite ya no admite más trazados y es muy complicado realizar cambios sin empeorar seriamente el resultado. El papel llega a su punto de saturación. Por este motivo es conveniente no llegar al límite del papel o hacerlo solo cuando estemos muy seguros de que es el acabo que nos interesa para esa zona de nuestra composición.

Ejemplo de papeles de diferentes grosores apilados.

Lápices de colores.

Características de la técnica:

Se basa en la línea, es normal que se aprecien los trazados en el resultado final. Es importante apreciar la belleza de los trazados al ser vistos desde cerca y la suavidad con la que se perciben las transiciones al observarlo desde cierta distancia. También, es bonito ver la manualidad del resultado, lo artesanal de la producción.

Composición de la mina. La mina de los lápices de color se fabrica con pigmento, cera o aceites y otros aditivos y aglutinantes. Todo ello para conseguir una dureza óptima y un color intenso al aplicarlos.

Calidades de los lápices. Los publicitarios no suelen dar buen resultado. Hay que tener en cuenta que las marcas que buscan publicitarse no suelen invertir mucho presupuesto en los regalos que hacen, ya que lo que les interesa es distribuir su marca, no la calidad de lo que regalan. Los lápices de color de marcas como equipos de fútbol, refrescos, empresas de construcción, etc. por lo general son de muy baja calidad. Si tienes curiosidad puedes acceder en internet a la información que publican diferentes marcas que fabrican lápices profesionales. Entre las marcas más destacadas están Faber Castell y Derwent.

Por otro lado, debemos evitar que se caigan al suelo. La mina interior puede llegar a romperse y perder cualidades. Nos damos cuenta de que esto ha sucedido cuando, al sacar punta al lápiz, la mina se rompe continuamente.

Lápices de diferentes colores sobre un fondo blanco.
Modo de uso:

Existen muchas maneras de usar los lápices de colores. En general, no son excluyentes unas de otras y todas pueden combinarse para obtener resultados que se ajusten mejor a lo que se pretende conseguir.

Lápices afilados – lápices desafilados. Los lápices de color debemos usarlos afilados o, al menos, buscar una zona afilada de la mina al aplicarlos. Cuando los usamos sin afilar el grosor de la mina impide que podamos aplicar el color en toda la superficie del papel y, así, solo se fija en el diente del papel (las crestas del relieve) dejando las zonas valle (zona profunda del relieve) sin color.

Entonces, suelen quedar muchas zonas blancas, como huecos sin colorear. La mala solución que usamos a veces es hacer más presión con el lápiz para aplanar el relieve y así completar esas zonas blancas. Es lo que llamamos el lápiz asesino. Si bien conseguimos colorear toda la zona, lo que hacemos es alcanzar el límite de saturación del papel (es cuando el papel queda brillante como un espejo) y esto nos impedirá seguir añadiendo color en esa zona. Así que, debemos evitar el lápiz asesino en la medida de lo posible.

Trabajando con el lápiz afilado no tenemos este problema, ya que llegamos perfectamente a las zonas valle de la textura del papel. También nos cansaremos menos porque no tenemos que hacer tanta presión con el lápiz.

Formas de coger los lápices. Los lápices podemos cogerlos de muchas formas distintas aunque hay ciertas cuestiones que debemos tener en cuenta para conseguir un resultado mejor según nuestras necesidades. ¿Cerca de la punta o más atrás? Si queremos conseguir un tono más bajo, menos apretado, es conveniente que cojamos el lápiz desde atrás. Al cogerlo cerca de la punta tendemos a hacer más presión sobre el papel y, como ya sabemos, si hacemos más presión sobre el papel obtenemos colores más intensos.

Si queremos conseguir colores intensos o vivos es conveniente que el papel no tenga una base acolchada debajo (como cuadernos u otros folios). Será mejor trabajar directamente sobre la mesa. Al ser una superficie rígida conseguiremos un color intenso más rápido y sin saturar el papel.

Gamas de color. Debemos intentar aprovechar al máximo las posibilidades de cada lápiz. Cada lápiz de color nos permite obtener una gama muy amplia de tonos, simplemente variando la presión que hacemos sobre el papel. Si somos capaces de aprovechar al máximo estas opciones conseguiremos mejores resultados. Con los lápices de color siempre es mejor aplicar un tono más claro del que queremos conseguir, quedarse corto. Porque siempre podemos insistir y subir la intensidad del color en cualquier momento. Sin embargo, si nos pasamos y ponemos un color demasiado intenso, muy marcado, será muy difícil aclararlo. Debemos trabajar de menos a más.

Trazados. ¿Cruce de trazados sí o cruce de trazados no? Desde muy temprano se nos insiste en que no debemos cruzar los trazados al aplicar color, aunque esto no es del todo cierto. Podemos cruzar trazados en diferentes tiradas de color. Por tirada de color entendemos el trazado de varias líneas consecutivas que cubren una superficie. Debemos mantener la dirección del trazado en una misma tirada aunque podemos cambiar la dirección de los trazados en sucesivas. En la imagen que hay debajo puedes apreciar como la dirección de los trazados cambia para cubrir diferentes zonas del papel y conseguir un efecto de degradación.

Cruce de trazados

La asfaltadora y control de la presión (Degradados). Dos cuestiones son muy importantes al usar los lápices de color, la primera: debemos ser capaces de aplicar el color de manera constante en una superficie, cubriendo todo el espacio sin dejar huecos blancos y consiguiendo aplicar el color de manera homogénea. Puede compararse a la manera en que funciona una máquina de asfaltado. Las máquinas que ponen el asfalto van muy despacio depositando una capa de asfalto homogénea por toda la superficie y sin dejar huecos. Nosotros debemos trabajar así si queremos cubrir una superficie con un mismo color.

Por otro lado, para conseguir degradados de color, debemos controlar la presión que hacemos con el lápiz sobre el papel. Podemos empezar «haciéndole cosquillas al papel» y cogiendo el lápiz desde la parte trasera para poner un color muy suave y, poco a poco, ir haciendo más presión. Los degradados nos permiten enriquecer el dibujo y empezar a crear efectos de relieve y profundidad.

Muestra de degrado con lápices de color

Perfilados ¿Debemos perfilar las formas que dibujamos?. Posibilidades y errores evitables. En un trabajo realizado con lápices de colores no necesitamos perfilar con rotulador cada forma que dibujamos. En realidad no percibimos los objetos reales perfilados tan perfectamente. Podemos realizar perfilados parciales con los propios lápices de colores en aquellas zonas que lo necesiten por sus características. No es recomendable tampoco perfilar todas las formas, pues el resultado sería muy artificial.

Es conveniente perfilar con mayor intensidad los elementos que se encuentran más cerca del espectador y dejar más difusos aquellos que están lejos o no son tan importantes para nuestro dibujo.

Fondo y figura. Conveniencia de resaltar el contraste entre ellos por luminosidad para evitar empastes. Habitualmente, necesitamos diferenciar un objeto de el fondo de la composición. La solución que se usa de manera incorrecta es el perfilado mediante un rotulador. Debemos evitar el perfilado de esta manera pues, como se ha visto anteriormente, genera un aspecto irreal que no es el que buscamos. Muchas veces, esto se soluciona seleccionando una gama de colores adecuada. Los colores del objeto que queremos diferenciar deben tener una luminosidad diferente de los colores del fondo. Si tienen una luminosidad parecida se producirá lo que llamamos «empaste», esto es, no se diferencia la figura del fondo.